Esta Luna Nueva se da en el grado 18 de Tauro en conjunción con Venus, Júpiter y Urano y en sextil con Saturno en un momento bastante tranquilo con aspectos favorables entre el resto de los planetas. Toda esta energía de Tierra nos lleva a vivir y gozar del momento presente, de nuestro cuerpo y de estar encarnados en la Tierra.

Es un momento propicio para sembrar propósitos de vivir nuestra relación con el mundo material de forma más armónica, equilibrada y gozosa así como de vivir la abundancia y la plenitud en nuestra vida conectando con nuestros dones, talentos y recursos.

Es el tiempo de conectarnos con la abundancia de la Madre Tierra, fortalecer nuestras raíces en la Tierra sintiendo la fuerza vital, el sostén y la nutrición de la Tierra. De aquí es donde viene nuestra verdadera seguridad y anclaje a la vida.

De la misma forma, habitar nuestro cuerpo sintiendo como es la Tierra misma y funciona de la misma forma. Podemos meditar en conexión con el cuerpo preguntándonos para que es buena nuestra propia Tierra, que es lo más propicio cultivar en ella? Esto nos ayuda a comprender nuestros verdaderos dones que hemos venido a cultivar para poder ofrecer al mundo los frutos de nuestra abundancia interna. Para esto primero es necesario, aprovechando la energía de renovación de la Luna Nueva, ver y soltar los viejos patrones de escasez que nos generan apegos. Cuando nos conectamos con nuestros recursos internos comprendemos que la seguridad está allí, en lugar que en lo externo, y que tenemos la capacidad de enfrentarnos a los cambios que la vida nos trae. Si nuestras raíces en la Tierra son fuertes, nos permiten anclarnos así como recibir nutrición para crecer y enfrentarnos a todas las pruebas de la vida.

En este nuevo ciclo lunar sembramos propósitos de:

  • En el plano físico: estar en la presencia del momento, especialmente en conexión con el cuerpo, despertando el instinto y los sentidos. Pasar tiempo en conexión con la naturaleza, con los 3 reinos mineral, vegetal y animal aprendiendo de su sabiduría.
  • En el plano emocional: conectar con nuestros dones y recursos personales, con la seguridad en nosotros mismos, con la abundancia y la plenitud interior.
  • En el plano espiritual: fortalecer nuestras raíces en la Madre Tierra sintiendo que nos sustenta en cada momento con su abundancia.

Daniela Caronia, texto de la Agenda LuniSolar 2024