El año 2022 se abre con el reciente cambio del eje nodal a Tauro-Escorpio, y la entrada de Júpiter en Piscis.

A lo largo del año, Júpiter pasará a Aries en Mayo, volverá a Piscis en octubre para entrar definitivamente en Aries en diciembre.

En la energía de este 2022 está muy presente la energía de Tauro, tanto por numerología del año (el número 6 se corresponde a Tauro) como por la presencia del Nodo Norte y de Urano en este signo.

Sigue durante los primeros meses del año la cuadratura Urano-Saturno que ha caracterizado todo el año 2021.

A lo largo de todo el año nos acompaña una energía muy espiritual, que nos invita a conectar con nuestro interior, con nuestro Ser potenciando la escucha interna. Esta energía espiritual  nos genera la inquietud de sentir la conexión con algo mayor y con todo lo que nos rodea, de comprender la vida, sus leyes y el entramado cósmico.  Va despertando cada vez más la necesidad de sentir la conexión con lo sagrado, saliendo de la matrix artificial en la que vivimos.

A la vez esta energía va unida a la necesidad de recuperar la conexión sagrada con el mundo físico, con la Tierra así como con nuestro cuerpo. Es tiempo de vivir la espiritualidad de la Tierra, sentir que somos hijos de la Tierra e hijos del Universo, que lo que está arriba está abajo y estamos conectados con todo.

Durante todo el año está muy presente la energía de la Cruz Fija, caracterizada por los signos Tauro, Leo, Escorpio y Acuario: en abril Saturno estará en cuadratura a los Nodos mientras que en verano tendremos el Sol  cuadrando a Urano y Nodos así como la conjunción entre Urano y el Nodo Norte en Tauro.

La lección de esta cruz apunta a sanar primero el arquetipo de Tauro, o sea la relación con la materia, con la abundancia, con nuestra seguridad interna.

Durante miles de años el ser humano se ha ido alejando cada vez más de la sabiduría de la Tierra, alejándose a la vez de sí mismo y de su verdadera naturaleza. Cada vez más hemos ido viviendo la relación con el planeta que habitamos y la naturaleza como algo que explotar, que someter, que dominar. Hemos ido siguiendo creencias y construyendo las sociedades humanas bajo reglas y formas de vivir que despreciaban lo salvaje, lo natural, así como el cuerpo y la sexualidad, el valor personal y los dones únicos de cada persona.

Ahora es tiempo de sanar esta relación que se ha quebrado entre el ser humano y la Tierra, volviendo a escuchar sus mensajes, volviendo a habitar el cuerpo, a potenciar nuestro instinto, nuestros sentidos, nuestro lado más salvaje. Allí es donde está escondida la sabiduría sin la cual nunca podemos sentirnos completos ni en armonía con la vida en este planeta.

Sentir nuestras raíces en la Tierra, sentir como la Tierra nos sostiene nos ayuda a conectar con la abundancia y la plenitud y sentir seguridad en nosotros mismos, sabiendo que la vida misma nos sustenta y que todos los seres tenemos dones y recursos internos para adaptarnos a las circunstancias de la vida.

La invitación para este año es honrar y vivir como sagrado todo lo que está en nuestra vida, buscar la conexión con la Tierra, con nuestro cuerpo y nuestro instinto salvaje así como con nuestro Ser más profundo. Nos ayuda abrirnos a la escucha, tanto interna como hacia todo lo que nos rodea. Allí está toda la sabiduría que necesitamos para alinearnos con nuestro camino del alma.

 

Daniela Caronia, texto de la Agenda LuniSolar 2021

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Imagen: Lola Ortega http://mairielarte.es