Virgo es el segundo signo de tierra, representado por la tierra trabajada por el hombre. En la agricultura, el hombre observa los ciclos naturales de la tierra para producir su cosecha, respetando estos ciclos de la naturaleza. Virgo nos enseña a comprender nuestros ciclos naturales y a encauzar nuestra naturaleza salvaje y nuestros dones para hacerlos fructificar.
Virgo se relaciona con la capacidad de analizar y discernir lo que nos hace bien y lo que no.
Esta Luna nos lleva a reflexionar sobre los patrones aprendidos relacionados con el complacer y a elegir según lo que nos han enseñado que está bien y no según lo que sentimos que es lo mejor para nosotros mismos. Es importante que dejemos de seguir con el papel de “niño bueno”, hambriento de reconocimiento y aceptación para aprender a ser auténticos y fieles a nosotros mismos con nuestras necesidades, luces y sombras.
Este mes se aconseja meditar sobre lo que no necesitamos más en nuestra vida y soltarlo sin apego, con agradecimiento. Es importante trabajar la conexión con el cuerpo, escuchando sus señales para guiarnos por la vida: observar cómo responde en las situaciones de nuestra vida cotidiana. Cuando se producen tensiones, molestias y dolores, hay algo que no nos hace bien o una emoción o patrón bloqueado que necesitamos ver y liberar.
Para esta luna se pide:
En el plano físico: curaciones de problemas intestinales, alergias e intolerancias, problemas de hígado.
En el plano emocional: aprender a elegir lo que es bueno para nosotros, conectar con el cuerpo.
En el plano espiritual: comprender los ciclos de la vida conectándonos con ellos.