Dándome un paseo por la naturaleza puedo sentir la conexión con los cuatro elementos y con mi cuerpo.
Siento el viento, el elemento aire, acariciándome la cara, a veces dulcemente y a veces con toda su fuerza, y tengo ganas de llenar mis pulmones de aire y gritar “¡YO SOY!”
El sol, el elemento fuego, lo siento en mi piel, calentándome y nutriéndome, despertando en mi corazón la pasión, la ilusión de vivir y la creatividad.
Paseo por la orilla del río, y puedo oír la antigua canción del agua. Me siento, meto los pies en el agua y me dejo fluir como el agua. Dejo que todas las tensiones y los miedos se disuelvan y se vayan arrastrados por la corriente.
Y ya llega el momento de pasear descalza por la tierra, sintiendo el dulce tacto de la hierba debajo de mis pies. Acaricio las hojas y las ramas de los árboles y así lleno todos mis sentidos con los cuatro elementos.
Comprendo que los cuatro elementos no son un concepto abstracto, sino que son parte de lo que me rodea, y sobre todo son parte de mi cuerpo y de mi ser.
¿Dónde se encuentran los cuatro elementos en mi cuerpo?
ELEMENTO AIRE: es el aspecto intelectual de la vida. Es la mente, el pensamiento, y la palabra. Se encuentra en el cuerpo en la parte superior, desde los hombros hacia arriba.“Como es arriba es abajo”,como en el cielo en la tierra? así que si tenemos caos mental esto se reflejará en el cuerpo. Aprendemos del aire la importancia de tener claridad mental y positividad y esto debe reflejarse en la manera de utilizar nuestras palabras.
ELEMENTO FUEGO: es el aspecto creativo de la vida. Desde allí aprendemos a existir y sentimos la ilusión por vivir. Físicamente está representado por el corazón, y toda la zona del pecho. Del fuego aprendemos que “CREER ES CREAR”, y desde esta actitud podemos desarrollar nuestra fe y la confianza en la vida.
ELEMENTO AGUA: es el aspecto emocional de la vida. Todas las emociones las sentimos primero en nuestras tripas, donde, por el elevado numero de neuronas y la presencia de neurotransmisores, tenemos nuestro “segundo cerebro”. Del agua aprendemos a fluir con la vida, a ser flexibles y a adaptarnos a cualquier situación sin perder nuestra identidad.
ELEMENTO TIERRA: es el aspecto material de la vida. En el cuerpo es la parte inferior, desde la cadera hacia abajo. Aquí se halla la seguridad en nosotros mismos y la posibilidad de concretar y hacer realidad todos nuestros proyectos. De la tierra aprendemos la importancia de estar con los pies en el presente y en el “aquí y ahora”.
Cuando los cuatro elementos están en equilibrio,nos encontramos en armonía con la vida y estamos en nuestro camino cumplimos con nuestro destino.
Cuando los cuatro elementos no se encuentran equilibrados, se mezclan entre ellos produciendo caos mental, ansiedad, depresión y enfermedades. Por ejemplo, si el elemento agua y aire se mezclan aparecen los miedos, nos bloqueamos y nos congelamos. Si el fuego no está bien encauzado tendremos rabia acumulada, amargura y frustración. Una tierra débil se ve en la falta de autoestima y seguridad en uno mismo y en obsesiones y trastornos hormonales.
Hacernos conscientes de la presencia de los cuatro elementos en nosotros mismos nos puede ayudar a identificar nuestros bloqueos y así poder solucionarlos y estar en equilibrio con nosotros mismos y, en consecuencia, con lo que nos rodea.
Artículo publicado en la revista Energía Vital – Número 6
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