Esta Luna Nueva se da en el grado 28 del signo Libra y formando una T cuadrada con Plutón y Júpiter y en oposición a Quirón.

Es una Luna con aspectos complicados, pero a la vez se forma un gran trígono de agua entre Saturno, Júpiter, Marte y Mercurio.

Es una Luna que nos trae un reinicio en la manera en la que nos relacionamos con los demás, poniendo el foco en un equilibrio que viene del mostrarse cada uno tal como es.

Una vez que soltamos los viejos patrones aprendidos y los roles a la hora de relacionarnos se hace evidente la herida de no saber quienes somos y el miedo al rechazo.

Así que es importante permitirnos sentir todas las inseguridades que pueden salir una vez que salimos de nuestra zona de confort , atrevernos a experimentar y vivir las relaciones como una danza donde vamos probando nuevas formas y nuevos pasos probando nuestros límites, los de los demás, donde nos sentimos cómodos y donde no y estar en la escucha profunda de lo que vamos sintiendo.

Estamos en un tiempo de crear nuevas formas de relacionarnos donde nos toca ir aprendiendo sobre la marcha, y para no caer en viejas estructuras es fundamental estar en esta conexión profunda con nuestro ser, en la escucha de nuestras necesidades así como en la escucha y observación de los demás, para aprender a sentir a un nivel más sutil y profundo lo que está pasando en cada momento más allá de lo que nos dice la mente y las viejas formas de pensar.

Así que esta Luna es un buen momento para proponernos estar más en el sentir y en la escucha y observar cuando interviene la mente con viejos programas obsoletos, cuando aparecen los miedos y los apegos emocionales de nuestr@ niñ@ herid@ y abrazarlos con compasión.

Esta Luna nos permite dejar atrás estos patrones infantiles que nos hacen relacionarnos desde la carencia, la necesidad y la búsqueda de pertenencia para empezar a manifestar quienes somos en cada momento y estar dispuestos a ver a los demás por lo que son sin exigir que sean lo que nos esperamos y que llenen nuestras carencias.