Este martes 19 de febrero el Sol entra en el último signo de la rueda del Zodiaco, Piscis, y la Luna llega a su máxima plenitud en el signo complementario,  Virgo.

Esta Luna llena se cumple al día siguiente a otro evento astrológico importante: Quirón abandona definitivamente el signo Piscis, donde entró en primavera del año 2011, y abre un nuevo ciclo en el signo de Aries donde se quedará en los próximos 8 años.

Esta Luna de Tierra ofrece la solidez de este elemento para cruzar las aguas profundas de nuestras heridas internas guiándonos hacia un nuevo renacimiento.

Quirón en Piscis en este tiempo ha hecho que quemaran nuestras heridas de soledad, rechazo, separación, llevándonos a sufrir más de la cuenta y proyectar todo lo que nos costaba sentir en las situaciones de nuestro entorno.

La Tierra nos devuelve un sentido práctico: hasta qué punto me hace bien seguir regocijándome en el sufrimiento y en el victimismo? Cuando nos quedamos anclados a estos patrones reclamamos atención, buscamos tener razón y que se nos reconozca como víctimas. Y allí es donde perdemos nuestro poder, porque achacamos la responsabilidad de lo que nos pasa afuera evitando así tomar las riendas y la dirección de nuestra vida.

En este momento, aprovechando este tránsito y este mes de Sol en Piscis con fuertes influencias en Tierra, podemos aprovechar las energías para darle un espacio seguro de escucha a estas heridas, conectar con nuestro sentir pero sin perdernos en él.

Por otro lado, no podemos vivir sin Agua así que importante darle su espacio y permitirle fluir, aprendiendo a encauzarla a través de la Tierra. Aquí aparece el tema fundamental de este año representado por el eje de los nodos lunares en Cáncer-Capricornio. Necesitamos trascender el Nodo Sur en Capricornio, donde se encuentran en este momento Venus, Saturno y Plutón: cuando vivimos demasiado desde la responsabilidad, la estructura, el sentido del deber nos desconectamos del flujo de la vida y la vida se convierte en obligación, donde no hay espacio para la alegría de vivir, la ilusión, el sentir el momento y fluir con él. Y allí aparece la resignación, la negatividad, la rabia hacia la vida y la pérdida del sentido de nuestro propósito porque nos sentimos una pieza más de una máquina que si es productiva pero…para qué? Hacia dónde vamos?

Esta Luna nos trae el mensaje de reconectar con nuestro propósito de vida, y para entenderlo necesitamos sentir, dejar fluir nuestras aguas internas para ver cómo nos sentimos en nuestra vida actual, si estamos fluyendo para llegar al mar o nos estamos reteniendo en un embalse artificial que realmente nos estanca y no va a ningún lado aunque cumple con todas las normas y es perfecto a los ojos de la sociedad. Permitámonos sentir, y soñar. Júpiter en Sagitario nos ayuda a mirar más allá y a desarrollar espíritu de aventura, a expandirnos más allá de los limites conocidos para crear lo nuevo, el guion de nuestra vida que es única y solo nuestra. Solo nosotros tenemos el poder de decidir que queremos crear en nuestra vida.

Mercurio y Neptuno en Piscis puede que nos lleven a perder el contacto con la realidad y aquí es donde otra vez la Tierra nos ayuda.

Cuando falta el Agua todo se vuelve seco, y árido. Por otro lado, el Agua en exceso y sin sostén de dispersa.

Cuando falta Tierra, faltan raíces, falta sostén apoyo y dirección. Por otro lado la Tierra en exceso constriñe, bloquea, ahoga e  impide que las cosas fluyan. Los ríos nunca van hacia al mar con un camino recto y lineal, si no fluyendo y adaptándose al terreno por donde pasan pero sin perder su identidad ni su dirección.

Por esto el trabajo de este mes está en este sutil equilibrio entre Agua y Tierra: sentir, soñar, confiar, fluir, pero con enfoque, dirección y propósito hacia el mar que es nuestro destino último.

Nos ayuda en este tiempo conectar con estos dos elementos, tanto en la naturaleza cómo en nuestro cuerpo. Observar cómo funcionan los ríos, los mares, pasar tiempo cerca de ello. Beber mucha agua, darnos baños y sentir el elemento Agua como nos limpia, nos purifica, nos sana, nos bendice, nos flexibiliza. Conectar con la Tierra y con su abundancia infinita, en este momento que la vida empieza a brotar y la vida se manifiesta en todos sus colores y posibilidades. Sentir como la Tierra nos sostiene apoya y nutre en cada instante. Y en nuestro cuerpo sentir el enraizamiento, la estabilidad y el sostén que nos ofrece la materia.

Os deseo para este mes nutriros, cuidaros y mimaros con mucho cariño, empezando por el cuerpo físico y por nuestras emociones.

Daniela Caronia