El viernes 21 es el Solsticio de Invierno cuando el Sol entra en Capricornio y el sábado 22 es Luna llena en Cáncer.
En la rueda del año celta, el Solsticio de Invierno se conoce como Yule, la noche más larga del año a partir de la cual la luz empezará a crecer otra vez. Estamos en el punto de máxima oscuridad del año, en pleno apogeo del arquetipo estacional de la Anciana Sabia, la Gran Madre Oscura.
Pero este año en esta mismas fechas tenemos la peculiaridad de tener la Luna Llena, el punto mensual de máxima luminosidad de la Luna que además se encuentra en su signo, el signo de Cáncer, así que como arquetipo lunar estamos en el arquetipo de la Madre Luminosa.
En estos días se funden la Madre Luminosa con la Oscura mostrándonos que son dos caras de la misma moneda. Nos enseñan que para encontrar la luz necesitamos conocer y atravesar la oscuridad, dejarnos transformar en las profundidades del caldero. En esta Luna podemos conocer el lado amoroso de la Madre Oscura, que nos empuja a evolucionar y transformarnos sacándonos de nuestra zona de confort y nos pone a prueba, quitandonos y dejando morir lo que no nos hace bien, las partes de nuestro ser y las viejas pieles que nos impiden crecer. Nos enseñan que el verdadero amor, la verdadera compasión están en las profundidades del ver más allá de las apariencias, de haber vivido, sufrido, cometido errores y mostrarnos tal como somos para así poder comprendernos, perdonarnos y amarnos tantos a nosotros mismos como a los demás. Que el amor de la superficie, la luz que no ha conocido la oscuridad, se queda en apariencia, complacencia, apego.
Para celebrar Yule, se aconseja encontrar momentos de soledad y recogimiento para estar a oscuras conectando con nuestra voz interior y escuchar sus mensajes.
Os proponemos un pequeño ritual para celebrar la luz que se encuentra en la oscuridad.
Nos sentamos a oscuras teniendo a mano una vela y unas cerillas. Tomamos unas respiraciones profundas y dejamos que nos atraviese la oscuridad durante unos minutos. Pensamos sobre el año que se está terminando repasando por cada mes que agradecemos y que aprendizaje hemos tenido. Nos despedimos con agradecimiento visualizando como la oscuridad se lleva todo lo que ya pertenece al pasado. Cuando terminamos, encendemos la vela visualizando lo que queremos encender en este nuevo ciclo de luz que empieza y nos quedamos unos minutos observando como la luz coge fuerza y va iluminando poco a poco a su alrededor. Quédate el tiempo que necesites y termina con unas respiraciones profundas.