Samhain para los celtas era el año nuevo y se celebra entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre  en el hemisferio norte, y el 1 de mayo en el hemisferio sur.

Es el festival que celebra ya la entrada hacia la máxima oscuridad del año hasta el solsticio de invierno.

Es el momento de meterse para dentro honrando la muerte entendiendo que es una parte fundamental de los ciclos de la vida ya que permite la regeneración y la transformación.

Es tiempo ya  de parar y sentir que es lo que necesita morir en nuestra vida, lo que ya no tiene razón de ser.

En este tiempo los velos entre los mundos son más sutiles y es el momento ideal para honrar nuestros ancestros y seres queridos fallecidos.

La oscuridad creciente  nos lleva hacia nuestro centro, hacia nuestra sabiduría interna que nos muestra el camino a seguir y nos ayuda a soltar y cerrar los capítulos de nuestra vida que ya no nos nutren.

En este tiempo de recogimiento se nos ofrece la posibilidad de vivir una alquimia interior pasando por el caldero transformador de la gran Madre oscura.

Para celebrar Samhain prepara tu espacio sagrado con colores oscuros, como el negro o el morado, piedras negras (turmalina, obsidiana, ónix, azabache, granate, hematite etc…), hojas secas y elementos que reflejen la naturaleza en este momento, ofrendas para los ancestros (galletitas, frutos secos…), zumo de granada o vino tinto, fotos o representaciones de tus ancestros y una vela negra o morada.

Quédate en la máxima oscuridad posible y enciende la vela. Cierra los ojos y céntrate en tu interior, yendo hacia el silencio durante unos minutos. A continuación mira la foto o representación de tus ancestros sintiendo agradecimiento hacia todo lo transmitido. Puedes escribir en un papel todas las cualidades y cosas que agradeces que te hayan transmitido y que siguen viviendo en ti.

En otro papel escribe los aspectos o los patrones heredados que sientes que te limitan y que ya no necesitas.  Quema el papel diciendo “Queridos ancestros, gracias por todo lo transmitido. Me libero y os libero de todo lo que ya no necesito, de todos los legados y de todas las memorias de dolor para vivir mi vida. Gracias, gracias, gracias. Hecho está”.

Brinda a tus ancestros con el zumo o el vino.

Entierra las cenizas para que vuelvan al ciclo de la vida.