La palabra “mantra” deriva del sánscrito y significa: “liberar la mente”. En las antiguas culturas india y tibetana la pronunciación de unas sílabas que se consideran sagradas se utiliza para la meditación, para elevar la conciencia y conectar con lo divino.

La unión del mantra con el sonido produce un efecto aún más potente. Cantando mantras podemos llegar a conectar con nosotros mismos y entrar en lo más profundo de nuestro ser. Los mantras nos limpian la mente, eliminando el caos mental y dejando salir a la luz nuestra verdadera voz interior.

El efecto más grande de los mantras se puede conseguir utilizando nuestra propia voz.

Aquí la mayoría de los lectores pensará “si yo no valgo para cantar”, “si yo empiezo a cantar va a llover en seguida”. Lo mismo pensaba yo hace tiempo hasta que me decidí a probar, y me di cuenta de que los mantras son para todos, solo se trata experimentar sobre uno mismo el efecto que producen.

Cada mantra tiene un significado distinto: hay mantras para ayudarnos en los momentos de cambios, otros para remover obstáculos, otros para entregarnos a la vida y confiar en ella…Es interesante conocer el significado del mantra pero tampoco es tan necesario: podemos entregarnos al mantra sin saber nada de él y experimentar por nosotros mismos el efecto que nos produce.

Así que, tranquilos, ¡no es necesario aprender sánscrito para disfrutar del efecto de los mantras! Aunque tradicionalmente vengan de Oriente, encontramos algo parecido a los mantras en muchas culturas o podemos utilizar la repetición de frases en nuestro propio idioma. Incluso nuestro propio nombre es un mantra muy simple que nos ayuda a querernos un poco más y a subir nuestra autoestima.

Según el mantra que cantemos y nuestro estado de ánimo podemos sentir cosas distintas: podemos sentir alegría del corazón, tristeza o incluso sacar alguna emoción que teníamos enquistada.

Muchos mantras nos ayudan a soltar, a librarnos de cargas o de estrés. Después de cantar podemos notar liberación emocional, y sensaciones físicas muy intensas, así como sentirnos muy removidos emocionalmente. Todo esto porque a través del mantra y la música hemos estado sacando algo que teníamos dentro de nosotros y de lo que no éramos conscientes. Siempre utilizo para describir una sesión de canto de mantras la metáfora de la “lavadora”. Puede que haya algún momento en el que comience la centrifugación y nos haga sentirnos muy revueltos, pero luego salimos ¡bien limpios, perfumados y preparados para secarnos al sol!

Para acabar, cantar mantras nos conecta con nuestro corazón para abrirlo: si cantamos mantras junto con otra gente podemos experimentar un gran sentimiento de unión y ver como nos vamos sintonizando y mágicamente vamos afinando y siendo una sola voz.

Os animo a experimentar el efecto sanador de cantar mantras en grupo, participando en algún kirtan o en algún coro o grupo de canto de mantras.

Artículo publicado en  la revista Energía Vital – Número 8